Numerosos grupos de investigación han informado que constantemente somos inundados por ELF (Frecuencias Muy Bajas), como de un “ruido” electrónico. Las ELF pueden convertirse en mortales para toda vida biológica, ya que modifican las frecuencias vibratorias naturales de los seres vivos, provocando graves disfunciones, como el pensamiento irracional, la incapacidad de concentrarse, la fatiga crónica y/o la muerte.