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Daños causados por los campos electromagnéticos

Según Martin Pall,  profesor emérito de bioquímica y ciencias médicas básicas en la Universidad Estatal de Washington, el principal peligro de los CEM es el desarrollo del exceso de estrés oxidativo en la disfunción mitocondrial.

De acuerdo con la investigación de Pall, la radiación por microondas de radiofrecuencia, como la del celular y el enrutador inalámbrico, activa los canales de calcio voltaje dependientes (VGCC, por sus siglas en inglés) ubicados en la membrana externa de las células.

 

Según Pall, los VGCC son 7.2 millones de veces más sensibles a la radiación de las microondas que las partículas cargadas dentro y fuera de nuestras células, lo que significa que los estándares de seguridad para dicha exposición se encuentran desactivados por un factor de 7.2 millones.

 

La radiación por microondas de baja frecuencia abre los VGCC, lo que permite un acceso anormal de iones de calcio en la célula, que a su vez activa al óxido nítrico (NO) y superóxido, los cuales reaccionan casi instantáneamente para formar un peroxinitrito que luego desarrolla radicales libres de carbonato, los cuales son una de las especies de nitrógeno reactivo más dañinas, conocidas y consideradas como una causa fundamental de numerosas enfermedades crónicas actuales.

 

Para una comprensión más profunda sobre los peroxinitritos y los daños que causan, consulte el documento de acceso gratuito conocido como “Nitric Oxide and Peroxynitrite in Health and Disease”, el cual se encuentra conformado por 140 páginas y 1500 referencias escritas por el Dr. Pal Pacher, Joseph Beckman y el Dr. Lucas Liaudet.

 

Uno de los peligros más importantes de los peroxinitritos es que pueden dañar el ADN. El estudio europeo REFLEX publicado en el 2004 reveló que los efectos no térmicos de las radiaciones 2G y 3G son en realidad muy similares a los efectos de los rayos X en términos del daño genético que causan.

Su cuerpo tiene la capacidad de reparar dicho daño a través de una familia de 17 enzimas diferentes llamadas poli ADP ribosa polimerasas (PARP). Sin embargo, aunque las PARP funcionan adecuadamente, requieren de NAD+ como combustible y cuando este se agota, dejan de reparar al ADN.

 

Esto a su vez puede conducir a una muerte celular prematura, ya que se necesitan cerca de 100 a 150 moléculas de NAD+ para reparar una sola ruptura de la cadena de ADN. El NAD+ es fundamental para mantener la salud celular y mitocondrial, por lo que el hecho de que las PARP consuman NAD+ para contrarrestar el daño causado por los CEM es una preocupación significativa.

La tecnología 5G se basa principalmente en el ancho de banda de onda milimétrica y es conocida por causar una sensación de ardor muy dolorosa. También se le ha relacionado con problemas oculares, cardíacos, función inmune débil, daño genético y problemas de fertilidad

 

La Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) admite que ni la agencia ni la industria de telecomunicaciones ha realizado ni financiado estudios de seguridad relacionados a la tecnología 5G, y que no está dentro de los planes

 

La FCC ha sido acaparada por la industria de las telecomunicaciones, que a su vez ha perfeccionado las estrategias de desinformación empleadas por la industria del tabaco antes de que las exposiciones persistentes a las frecuencias de microondas, como las de los celulares, pudieran causar disfunción mitocondrial y daño al ADN nuclear por medio de los radicales libres producidos por los peroxinitritos

 

Las exposiciones excesivas a los celulares y redes de wifi se han relacionado con enfermedades crónicas, como arritmias cardíacas, ansiedad, depresión, autismo, Alzheimer e infertilidad

En septiembre del 2017, más de 180 científicos y médicos de 35 países emitieron una suspensión específicamente para el 5G, “hasta que los peligros potenciales para la salud humana y el medio ambiente hayan sido investigados completamente por científicos independientes de la industria”.

 

Estos señalaron que se ha demostrado que la radiofrecuencia de los campos electromagnéticos (“RF-EMF”) es perjudicial para los seres humanos y el medio ambiente,” y que el “5G aumentará sustancialmente la exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF) por arriba del 2G, 3G, 4G, wifi, etc. para las telecomunicaciones ya existentes.”

 

En un artículo del sitio web de Environmental Health Trust, Ronald Powell, Ph. D y científico retirado de física aplicada de Harvard, señala que “no existe NINGUNA MANERA SEGURA de implementar el 5G en nuestras comunidades; más bien, solo existen ‘malos caminos’ o ‘peores'”, y en lugar de discutir sobre qué persona debería controlar su despliegue, deberíamos enfocarnos en la prevención de su uso por completo.

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