El uso cada vez más extendido de los teléfonos móviles podría dañar la memoria de los jóvenes pues, al parecer, los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF) que recibe el cerebro cuando pegamos el dispositivo a la oreja para escuchar a nuestro interlocutor pueden tener efectos negativos en la memoria a edades tempranas, además de entrañar riesgos de sufrir hipersensibilidad electromagnética.